Varios medios del país y del exterior han cubierto sobre la destrucción del patrimonio en Ucrania. Por eso, me pareció interesante ahondar un poco sobre cómo los museos se preparan para salvaguardar el patrimonio en tiempos de catástrofes, tanto las naturales (terremoto,huracán) como las provocadas por el humano.
Lo primero a contarles hoy es que un museo debiera tener un plan de conservación preventiva que incluya un buen plan de contingencia y resguardo del patrimonio ante las situaciones que les acabo de mencionar. Para elaborarlo hay que tener en cuenta diversas variables. Por un lado, las amenazas más apremiantes. Es decir, qué es más probable que pase en la zona donde está emplazado el museo en cuestión? Un sismo, una inundación, un conflicto bélico. No es lo mismo Chile que San Antonio de Areco que el Medio Oriente.
Por ejemplo, en muchos museos de Chile se utilizan vitrinas antisísmicas especialmente diseñadas, que en Buenos Aires por ejemplo serían innecesarias. Estas vitrinas mitigan el deterioro de los objetos provocados por los temblores.
En lugares con ríos cercanos, se va a privilegiar tanto en guarda como en exposición que los objetos estén a determinada altura del suelo. Casi no se usan bases ni vitrinas bajas, justamente para evitar el contacto del agua con los objetos ante una potencial crecida de los fluviales. Les dejo el link de lo que pasó en Areco hace unos años. Estas son medidas preventivas ante situaciones leves/ menores.
Ahora bien, ¿qué pasa cuando la situación se agrava y se torna realmente catastrófica? Por ejemplo, cuando sabemos que en cualquier momento puede caer una bomba y destruir el patrimonio. En esos casos se aplica el plan de contingencia y resguardo/rescate del patrimonio.
Antes de empezar a su metodología, debo aclarar que lo más importante siempre es resguardar la vida humana. Si están sonando las sirenas, nadie debería ir a rescatar nada. El staff debe resguardarse. Ahora, pasado o incluso antes de los momentos de máxima peligro es cuando el plan comienza a ejecutarse, pues su diseño debiera de haber estado hecho en momentos de calma.
Y para su diseño, se deben contemplar varias variables, ademas de las amenazas que mencionamos previamente. Primera pregunta:Ante la imposibilidad de rescatarla totalidad de la colección, ¿qué objetos priorizar?. Acuerdense que los museos sólo exponen el 20% de sus colecciones. El resto está guardado en las reservas. Y pueden tener hasta cientos de miles de items. Pues bien, ¿cuáles y cuántos? Creanme que no es tarea nada fácil de determinar.
Hagamos un ejercicio. Si tuvieran que abandonar sus hogares, ¿en base a qué decidirán qué llevarse? Vamos a analizar algunos factores:
-Valoración económica y simbólica. Se debiera seleccionar en base a la relevancia simbólica de ese objeto, a su iconicidad, iconicidad, que le da asimismo valor económico.
-Recursos humanos y económicos.
-Capacidad de manipulación, transporte y almacenamiento. Podemos tener desde obras diminutas de cristal hasta cuadros o tapices de más de 3m x 4m . Algunos pueden llevarse en auto pero otros necesitarán camiones. Antes de comenzar cualquier traslado es necesario prever el lugar de almacenaje. ¿Tenemos depósitos lo suficientemente grandes y seguros?
Ahora bien, ¿qué pasa si no se puede trasladar una obra? O Incluso, ¿cómo se protegen de bombardeos a los monumentos públicos emplazados en plazas? Suelen ser recubiertos con sacos de arena y en el caso de piezas museísticas, suelen ser trasladadas a los sótanos del propio edificio.
Y lamentablemente hay otra amenaza que aparece en este tipo de catástrofes: el tráfico ilícito de bienes patrimoniales. Por eso, el registro de los movimientos y seguimiento de las obras son acciones sumamente importantes para evitar que algunos hagan negocios.
Y para terminar quería agregar dos puntos más.
Por más trabajo bien hecho, muchas piezas se van a perder para siempre. Por ello, la previa digitalización y documentación de esas piezas son una tarea fundamental que los profesionales de museos realizan en su labor diaria. Incluso, cuando se incendió el Museo Nacional de Brasil en 2018, fue la propia población quien a través de herramientas de acceso abierto reconstruyó colectivamente la historia fotográfica de la institución, de la cual no había quedado nada.
Finalmente, solo me resta decir que una vez acabado el conflicto, el patrimonio que pudo salvarse seguramente sea crucial para la moral de esa nación que debe de alguna manera tendrá que reconstruir su identidad y para eso, seguramente buscará tender puentes entre el pasado, el presente y el futuro.
Compartimos algunos links de interés sobre este tema:
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